Por: Ivonne Castillo
Ten siempre en
mente:
"Sabemos,
además, que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de
aquellos que él ha llamado según su designio."
San Pablo - Romanos 8:28
En estos días posteriores a las elecciones, las emociones
mezcladas son la constante. La incertidumbre sobre el futuro de nuestro país
nos abruma. Y es que llevamos muchos meses recibiendo noticias ominosas sobre
lo que nos espera si ganaba MORENA, y finalmente, o por lo menos en apariencia,
así sucedió.
Entiendo que puedas sentir miedo y que incluso algunos estén
reaccionando con ansiedad y agresividad. Inquietarse por el futuro es
comprensible, pero debemos evitar que el miedo y la desesperanza nos lleven a
acciones que nos dividan aún más. Recuerda que el Espíritu de Dios nos une y,
por el contrario, el demonio es quien genera división. Un ejemplo claro de esto
es la triste declaración que vi en un meme de alguien que decidió no dar más
propinas porque "los meseros, los viene-viene y los cerillitos votaron por
el partido que no queríamos". Quiero pensar que no fue un católico quien
escribió esto, o por lo menos no uno con formación. Esta generalización es
negativa, sin discernimiento y solo sirve para crear más divisiones.
Lo que me lleva a recordarte que tú y yo, como seguidores de
Cristo, estamos llamados a discernir cada acción, cada pensamiento y ser
ejemplo de misericordia, a ejemplo de Cristo. La Biblia te invita a amar a tu
prójimo, incluso en tiempos de dificultad, incluso y en especial a tu enemigo.
La civilidad y la fe son las armas más poderosas contra la discordia y el
miedo.
Por eso te invito con urgencia a que, en lugar de dejarte
llevar por el enojo, la tristeza o la desesperanza, cultives tu fe. Confía en
el plan de Dios y busca su guía a cada paso que des. Ora, ora mucho, por
nuestro país, por nuestros líderes y por cada uno de tus hermanos y hermanas
mexicanos, en especial por aquellos que están en desacuerdo contigo.
Mantén la fe en alto. Recuerda que Dios te ama tanto que por
si fuera poco permitió que su Madre, María Santísima de Guadalupe, se quedara
aquí con nosotros en México. ¿A qué le temes, mexicano, si sabes que tienes a
tu Madre aquí, que te cuida y te protege?
Además, San Miguel Arcángel también pisó tierra mexicana.
Este es un privilegio que pocos países tienen en el mundo. Su presencia nos
recuerda que estamos protegidos y que contamos con la ayuda celestial en
nuestra lucha diaria. Yo doy fe de ello. Nunca estamos solos; Dios, sus santos y
sus ángeles nos acompañan siempre.
Es cierto, a veces Dios permite que las cosas sucedan de maneras que no entendemos o que no habíamos deseado, y esto nos pone el mundo de cabeza, pero siempre hay que confiar en que Él tiene un plan para ti y para todos nosotros.
Este es un tiempo en el que México necesita verdaderos
cristianos. Te invito a formarte en la fe que dices profesar, para que se
convierta en verdadera parte de tu vida. Ya no hay espacio para los grises; o
es blanco o es negro. Debemos dejar de ser católicos tibios, solo de domingo, y
convertirnos en católicos que entienden y viven la fe. Porque solo entendiendo
que ser católico es una forma de vida que nos aparta, nos distingue, podremos
enfrentar el futuro con coherencia.
Estamos llamados a la santidad, y la palabra santidad
significa ser diferentes. Ser santo es vivir de acuerdo con los principios de
nuestra fe en todas las áreas de nuestra vida, destacándonos por nuestra
integridad, amor y compasión.
Es un hecho, la Biblia lo dice así, la batalla más fuerte
que vamos a librar no será contra el nuevo gobierno, sino, como dice Efesios
6:12: "Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas,
contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes."
Y si no tenemos la formación necesaria y no sabemos cómo, ¿cómo nos
revestiremos de la armadura de Dios? (Efesios 6:10-18).
Quiero aclarar que no te estoy invitando a solo rezar y
mirar lo que sucede sin tomar acción. Muévete cuando sea necesario. Haz lo que
sea que tengas que hacer. Sin embargo, es claro que los movimientos de alguien
con fe y alguien sin fe son diferentes. No es lo mismo enfrentar lo que está
sucediendo con Dios que sin Dios. Lo que sí quiero invitarte es a caminar en
paz, con fe y confianza en el Amor de Dios.
Desde anoche empecé a escribir esto y hoy en la mañana, tal como si Dios hubiera estado leyendo lo que escribía, las lecturas de la misa fueron tan certeras como necesitamos, aquí te las dejo:
Primera lectura: 2 Pedro 3, 12-15. 17-18
"Esperen y apresuren la venida del día de Dios, cuando
los cielos en llamas se disolverán y los elementos se derretirán por el fuego.
Pero, según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que
habite la justicia. Por eso, queridos hermanos, mientras esperan estos
acontecimientos, procuren que Dios los halle sin mancha y sin defecto, y en
paz. Tengan en cuenta que la paciencia de nuestro Señor es para nuestra
salvación... Ustedes, pues, queridos hermanos, sabiendo esto de antemano, cuídense
de no dejarse arrastrar por el error de esos hombres sin principios y de no
perder la firmeza. Crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. A él sea la gloria ahora y hasta el día eterno.
Amén."
San Pedro nos recuerda que debemos estar firmes y en paz mientras esperamos la venida del Señor. En estos tiempos de incertidumbre política, es fundamental que mantengamos nuestra fe y no nos dejemos arrastrar por el error o la desesperanza. La paciencia y la confianza en Dios son esenciales para nuestra salvación y para la construcción de una sociedad justa y pacífica.
Salmo 89, 2-4
"Tú eres nuestro refugio, Señor, de generación en
generación. Antes que nacieran los montes y que existiera la tierra y el mundo,
desde siempre y para siempre tú eres Dios. Tú reduces al hombre a polvo,
diciendo: 'Retornen, hijos de Adán.' Porque mil años son ante tus ojos como el
día de ayer que ya pasó, como una vigilia de la noche."
El Salmo nos invita a reconocer la eternidad y la soberanía de Dios. En medio de los cambios y las incertidumbres del mundo, Dios sigue siendo nuestro refugio. Su eternidad y su sabiduría superan nuestras preocupaciones temporales. Debemos confiar en su plan y buscar refugio en Él, especialmente en tiempos de confusión y miedo.
Evangelio: Marcos 12, 13-17
"En aquel tiempo, las autoridades judías enviaron a
algunos fariseos y herodianos para cazar a Jesús en alguna palabra. Se
acercaron y le dijeron: 'Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa
lo que diga la gente, porque no te fijas en las apariencias, sino que enseñas
el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar el tributo al César o
no? ¿Debemos pagarlo o no?' Jesús, viendo la hipocresía de ellos, les
respondió: '¿Por qué me ponen a prueba? Tráiganme un denario para que lo vea.'
Se lo trajeron, y él les preguntó: '¿De quién es esta imagen y esta
inscripción?' Le contestaron: 'Del César.' Entonces Jesús les respondió: 'Den
al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.' Y se quedaron
admirados de él."
En el Evangelio de hoy, Jesús nos enseña a distinguir entre
nuestras obligaciones terrenales y nuestras responsabilidades espirituales. En
tiempos de incertidumbre política, debemos cumplir con nuestras obligaciones
cívicas, pero siempre recordar que nuestra mayor lealtad es hacia Dios. Esta
enseñanza nos llama a vivir nuestra fe de manera coherente en todas las áreas
de nuestra vida, manteniendo siempre la perspectiva de que nuestra verdadera
ciudadanía es celestial.
En conclusión, hermano mexicano, recuerda siempre que Dios
está contigo y que Nuestra Madre María Santísima de Guadalupe te cuida. A la
hora de la tormenta, clava la vista en Dios no la quites de Él ningún segundo.
Conoce y sigue a Jesús, su ejemplo de amor y compasión, y trabaja junto a tus
hermanos para construir un México más unido y lleno de esperanza.
Que la paz de Cristo esté contigo.
Ivonne Castillo
P.D. Recuerda la importancia de
evitar el chisme y la propagación del miedo. Evita pasar noticias sin
verificarlas y repite sin discernir. La desinformación puede alimentar el
pánico y la división. En lugar de eso, busca fuentes confiables y mantén una
actitud crítica y reflexiva. Recuerda que como cristianos estamos llamados a
ser luz en medio de la oscuridad, llevando consuelo y esperanza a los demás en
lugar de contribuir al caos y la desesperación.
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