Reza, espera y no te preocupes: La Novena del Abandono


 

Por: Ivonne Castillo

La Novena del Abandono es una poderosa oración que invita a confiar plenamente en el amor y la providencia de Dios. Inspirada por el Padre Dolindo Ruotolo, un sacerdote italiano conocido por su vida de oración y entrega, esta novena es un llamado a dejar nuestras preocupaciones en las manos de Jesús, quien cuida de nosotros con infinito amor.

Historia de la Novena del Abandono

El Padre Dolindo Ruotolo (1882-1970) fue un sacerdote humilde y profundamente devoto, contemporáneo de San Pío de Pietrelcina. Dolindo recibió locuciones interiores de Jesús, y en una de ellas, el Señor le dictó esta novena como respuesta a las preocupaciones humanas.

La frase central de la novena es: "Jesús, me abandono en ti, ocúpate tú." Estas palabras reflejan un acto de fe total, una renuncia al control propio para entregarse a la voluntad divina. La novena ha sido un consuelo para millones de personas que buscan la paz en medio de las tormentas de la vida.

Cómo rezar la Novena del Abandono

La Novena del Abandono consta de nueve días de oración. Cada día incluye una meditación que nos anima a confiar en Dios y repetir diez veces la frase: “Jesús, me abandono en ti, ocúpate tú.”

Guía diaria:

  1. Encuentra un lugar tranquilo: Dedica un momento especial del día para esta oración.

  2. Haz la señal de la cruz: Inicia con fe y recogimiento.

  3. Lee la meditación del día: Reflexiona sobre las palabras de Jesús dirigidas al alma en la novena.

  4. Repite diez veces: Con serenidad y confianza, di: “Oh Jesús, yo me rindo a Ti, me abandono en Ti, ¡ocúpate de todo!”.

  5. Cierra con una oración personal: Agradece a Jesús y pídele la gracia de vivir en el abandono confiante.

Meditaciones de los nueve días:

Día 1: ¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida? Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo se calmará. Te lo aseguro, cada acto de verdadero y ciego abandono en mí produce el efecto que deseas y resuelve todas las situaciones difíciles.

Día 2: Abandonarte en mí no significa preocuparte, agitarte y desesperarte, dirigiéndome luego una oración agitada para que yo te siga y cambie tu agitación en oración. Abandonarte significa cerrar con calma los ojos del alma, apartar tu mente de la tribulación y confiar en mí para que yo sea quien actúe.

Día 3: Cuando me dices: “Jesús, me abandono en ti”, no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero sugiere cómo hacerlo. Déjate llevar por mis brazos divinos, no tengas miedo, yo te amo.

Día 4: Cuando veas que las cosas se complican, di con los ojos del alma cerrados: “Jesús, ocúpate tú.” Hazlo con toda calma, porque tu mente está agitada y ansiosa, es como si estuvieras enfermo con fiebre. Cierra los ojos y confía.

Día 5: Yo hago milagros en proporción al abandono pleno en mí y a la ausencia de tus pensamientos. Yo derramo tesoros de gracias cuando estás en total pobreza. Si tienes tus recursos, incluso en la pobreza, estás en el camino natural. Nadie que razone según los caminos humanos hace milagros, ni siquiera los santos.

Día 6: No te preocupes, no te angusties. Yo intervengo sólo cuando cierras los ojos. Tú nunca duermes, quieres todo juzgar, dirigir y pensar. Pero cuando rezas según mi voluntad, intervengo con mi poder infinito.

Día 7: Yo te aseguro que quien piensa sólo en el presente, en mis manos, y me confía el futuro, vive milagros. Tú quieres cambiar según tus deseos, pero yo sé lo que es mejor para ti. Déjame obrar como yo lo sé.

Día 8: Cuando piensas que las cosas empeoran y no mejoran, no te agites, cierra los ojos y di con fe: “Ocúpate tú.” Yo hago grandes milagros cuando el alma se abandona en mí, y no piensa en sí misma.

Día 9: Cierra los ojos y di: “Jesús, ocúpate tú.” No tengas miedo, yo te bendeciré y te daré gracias si te abandonas en mí. Yo me ocupo de todo, te consolaré, te liberaré y te guiaré.

Beneficios de rezar la Novena del Abandono

Esta novena es un recordatorio constante de que Dios está al control, incluso cuando no vemos una solución inmediata. Al rezarla, experimentamos:

  • Paz interior: Dejamos nuestras ansiedades en manos de Jesús.

  • Confianza renovada: Aprendemos a depender de la providencia divina.

  • Fortaleza espiritual: Crecemos en fe y esperanza en medio de las pruebas.

Invítate a confiar

Rezar la Novena del Abandono no es solo una práctica devocional, es un ejercicio de fe viva. En un mundo lleno de incertidumbres, esta oración nos llama a soltar nuestras cargas y dejar que Jesús sea quien guíe nuestras vidas. ¡Reza, espera y no te preocupes!

¿Ya has rezado esta novena? ¡Compártenos tu experiencia en los comentarios! Tu testimonio podría ser un aliento para otros que buscan confianza y esperanza en Dios.

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